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Gerónimo Miranda Mestra

Es un hombre como yo Venido del río

Huyendo de esa emoción maravillosa de que

su inmensidad y movimiento son hermanos

nuestros Como él Hincado en lo profundo de mi pecho

Es más sagrada vivencia de hombres

De paisajes De animales flores y árboles

Del verano Sobre todo del verano Es un hombre

llegado a mi vida en su mejor momento

Le diré de mi comercio fatigado con el arte

La locura Y la muerte

Lo dejaré en la casa de mi espíritu como propia

Que descanse en ella Que se acueste si quiere

en la hamaca Que mire de dónde vienen

mis palabras Y si es posible me consuele un poco

Es un hombre en quien se pueden confiar

las llaves de la casa y el gato que la adorna

Se le puede confiar toda la yerba que tenga uno

Es un hombre que siempre es mejor que uno

Casi de las adolescencia

Hernán Gómez Hernández mi primo…

Qué será de esa esperanza vestida de muchacho

A los dieciséis me quería

y doña Lina nos hacía la tarde como una primavera

Bellos días con mi primo menor

en una casa donde entraban el sol el aire y el cielo

Donde unas hermanas lindas y vaporosas

sonambulaban

Yo te quiero bien primo literato y tú lo sabes

Pero los dos somos tímidos y no nos atrevemos

a buscarnos de viejo

Como a ti – me gustan los indígenas –

si hay una esperanza

ellos tienen una gran parte

Vuelve un día a casa

Golpea en la ventana de la izquierda

que te estaré esperando

Entre primos

En el aire un ocre olor de mariposas

como un perfume que vuela de la infancia a este instante

atrae milagrosamente aquel jardin de luna

donde nuestra niñez se mostraba el sexo con malicia

y con ese sometimiento irresistible que sentimos

por el primer cuerpo desnudo que adoramos

Tú remendando la cometa destrozada por la brisa

Yo escribiéndole a la novia compartida

aquellas urgentes cartas de amor mentido

para que nos prestara su bicicleta

Hay una tristeza en el perfume que me hiere

como si tú caballero escarlata Me hubieras olvidado

Como si tú primo enamorado y tierno

de repente hayas decidido abandonar donde te encuentres

todo aquello sentido y ocultado

[Tal un corazón dentro de otro]

bajo el limonero que aniquiló un invierno

y que recuerdo tan vívido comotus besos

Soy de la mujer y del hombre Me doblega

una tierna virilidad Subyuga mi corazón

una feminidad fortalecida en el arte

Aunque siempre he amado más al amigo

He tenido junto a mí a las mujeres que he querido

A Tania le di mi corazón en el escenario

Y en las calles de Bogotá y bajo la noche de Cali

hablamos

Ante la transparencia de los ojos de uvas color miel

de Margarita Bermúdez tintineaban mis huesos

Mis poemas en la voz y en la música de Beatriz Castaño

son la emoción de un corazón que se parece al mío

Pero el amigo es el amigo y ellas perdonen

No aguantan tanta parranda como Rafael Salcedo

Como Rafa Salcedo Castañeda de mi corazón

Armonía en la masculinidad de un alma

como la brisa inmensa y fresca del Universo

No aguantan tanta guitarra como el gran

amigo de mi vida entera el viejo Rafa

El cienaguero ilustre Bello y trágico

como un pájaro en medio de la tormenta

De contrabando

Casi no conozco a mi mejor amigo

Nos vemos por la calle

Un cómo estás cálido y sentido

Casi no lo he tratado

pero presiento en él

a un hombre de valor

No me importa que no me reconozca

Es mi mejor amigo

Son los suyos los ojos más sinceros

que jamás me han mirado

Mi mejor amigo vive en mí

y yo aspiro a vivir en él

Sencillamente

sin estorbarnos

Tres en una

Va Catalina

Viene Catalina

Llegó Catalina

Junto a mi pecho como un gorrión

Como una hermana una abuela o una amiga

Su melena calienta mi corazón

No quiero que se vaya

Si es tan tierna

Si parece que tuviera en vez de huesos

plumas

En vez de voz puro aliento

En vez de amistad un pleno amor

Catalina vale un millón de besos en poemas

Catalina es un corazón de viento

y el viento quisiera serlo yo

¿Por qué andará Beatriz siempre detrás de su guitarra?

Ella escudada

yo alelado escuchándola

como el pájaro libre

oye el reclamo del cantor

¿Por qué andará Beatriz cantando mis poemas?

y yo queriéndola

como se quiere de entrevero

como se quiere uno

cuando alguien ama algo tuyo

¿Por qué Beatriz y su voz y sus canciones

no cabrán íntegras

dentro de mí

para salvarlas aún

de su propio peligro de ser ellas mismas?

Sara Ortega de Petro

Tallada en una carne alada oscura y firme

llegó mi hermana Sara desde lejos del mundo

a mis años de asma y juegos de escondidas

a encenderme Con su atávica Africa iluminándole la piel

y alborotando recia mansedumbre del patio solariego

Llegó con unos inmensos zapatos de charol fucsia

y un traje de colores deslumbrantes

que acentuaban su delgadez de cobre

Esa mujer con la hermosura de una reina de Dahomey

la delicadeza que perfiló mi madre con dulzura

Esa Sara Ortega de Petro la que es hoy mi comadre tres veces

la que cuando muero de soledad o de locura

acude a verme con tazón de sopa y todo su cariño

Aún hoy tengo tanto de ella en mí como de las mariposas

La lluvia y los primerizos mameyes del invierno

El leopardo

Como fuerza de monte

en un rincón oscuro

la infancia nos acecha

Así el leopardo – Martha Cristina Isabel –

El leopardo se asoma por tus ojos

ha saltado derrumbando años

y sobre mi niñez – de bruces – me he derribado

Sueños de un día trepando los peldaños de la eternidad:

Tú venías por el sol y yo era de barro triste

Tú tenías noticias del universo y yo era ignaro

Los años – Martha – con su carga de piedras afiladas

nos ha separado

Hoy te digo que creo en el pasado

como punto de llegada

Lo más probable

es que seas como los otros

ignorante y mentirosa

No aquella que pobló mi infancia

No aquella de luciérnagas en los ojos

Querida

Cómo estás de cambiada

Lo más natural es que seas como ellos

indolente y malvada

Los más natural

No el endeble pájaro de verano

No las margaritas del jardín